Píntame un deseo en un cielo de terciopelo,
abrázame hasta el final de los tiempos,
cazemos las mariposas que aletean dentro,
fundémonos en amor y deseo.
Y él era como un fuego,
que te encendía y te derretía lentamente... fuego que te hacía morir de sed, una y otra vez.
Gotas de lluvia que no llegaban nunca...
Inalcanzable y abrasador fuego. Quémame.