Me levanto y estás en mi cabeza, a lo largo del día tu recuerdo acude a mí de forma repetitiva, casi obsesiva.
Me acuesto, pienso en tí, tu sonrisa y los remolinos en tu barba son la tónica general de cada noche, mi almuhada como amiga de penas.
Si supieras!.
Sin embargo te sientas a mi lado, un amigo más, ajeno a todo, hablando sobre el transcurrir de los días y cosas de poca importancia.
Nos reímos, nos divertimos, pasan las horas y ahí termina todo, tú a tu casa y yo a la mía.
Y así pasan las semanas, los meses, los años y todo sigue igual, amigos al fin y al cabo, pero solo eso.
Todo es tan complicado
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