Madres, esos seres

¿Por qué las llamo seres?, venga ya!. Son la única persona que te conocen mejor que tú a ti mismo y encima siempre te sorprenden, cuando crees que la llegas a conocer, BOOM, hace algo inexperado e inexplicable. Puedes ser un capo de la mafia, pero como llegue tu madre.... ja!, apaga y vámonos.
Porque, amigos míos, las madres, son así, muy suyas.

Caso práctico, mi Madre

Hoy sin ir más lejos, he llegado a casa y me he encontrado con un paquete. No le pregunto que es y sigo a lo mío. Al rato la veo sacando un Horno de esos pequeñitos como un microondas.
Me quedo ahí, un segundo, pensando, bahhh, será para alguna amiga suya, si ella ya tiene un horno nuevo, pirolítico de esos y son bastante caros.
Me voy y no le doy importancia.
Por la tarde entro en la cocina y ¿qué veo? a mi madre y su nuevo Horno-microondas, pequeñito, haciendo pollo, para estrenarlo según ella. Sonríe y parece disfrutar.
Le pregunto que para qué quiere ese horno si ya tiene uno.
Me mira, sus ojos adoptan la típica mirada entrecerrada, como de ira contenida, me analiza, puedo notar como sus ojos me escanean, algo así como si viera lo que estás pensando o sintiendo. Pone cara de indignada, como si le hubiera hecho una pregunta tan absurda que la simple contestación sería una pérdida de tiempo. Sin embargo, su expresión se relaja, adopta una sonrisa, mueve levemente la cabeza de un lado a otro y contesta:
Pues para cocinar, es que como es más pequeño, pues le doy más uso.
QUÉ APAÑÁ ELLA!!, ¬ ¬. (Aún recuerdo los días, quiero un horno pirolítico, que se limpian solos, no ensucian etc. Y se compra otro, como el de antes, más pequeño y que tiene que limpiar).
Sí, señores, así son ellas, muy suyas y muy así, no hay que cuestionarles nada, ellas saben lo que se hacen.